Del 15 al 22 de septiembre la clase 8B y las profesoras Schwaighofer y Tschernko pasaron una semana maravillosa en Sevilla. No solamente mejoramos nuestros conocimientos de la lengua, sino que también tuvimos la oportunidad de vivir como los sevillanos. Gracias al buen tiempo que tuvimos todos los días pudimos aprovechar la oportunidad de descubrir nuevos lugares y restaurantes.
El domingo fuimos a Cádiz, una ciudad situada cerca del mar. Nuestro guía Pablo nos mostró la ciudad y después tuvimos tiempo libre para ir a la playa, lo que disfrutamos mucho. El punto culminante de este día fue la visita a la cámara oscura. Lo especial de una cámara oscura es que se pueden ver imágenes en tiempo real. De esta manera dimos un paseo guiado por Cádiz sin salir de la cámera oscura.
De lunes a viernes tuvimos clases de idioma cada mañana. Hablamos sobre temas diferentes, por ejemplo la ropa, la comida o el cine. Pero no solamente repetimos vocabulario, también aprendimos mucho sobre Andalucía y las tradiciones españolas. También preguntamos a varias personas por la calle para conocer mejor Sevilla, lo que contribuyó a mejorar nuestra comprensión auditiva.
Por la tarde hicimos exursiones con nuestro profesor Pablo. Dimos un paseo por Santa Cruz, el barrio judío de Sevilla, donde había unas sinagogas. Lo más peculiar son las calles estrechas que protegen contra el calor. Otra destinación fue el Real Alcázar, el palacio real, conocido por todo el mundo. El interior del palacio nos impresionó tanto como los jardines exteriores. Claro que tomamos muchas fotos. Además visitamos la catedral y la Giralda. Este monumento es la catedral gótica más grande del mundo. La vista desde arriba fue fantástica.
Hay otra cosa típica en Sevilla: el flamenco. Tuvimos la suerte de tener una clase y aprendimos los pasos más importantes del flamenco. Fue un poco difícil coordinar los movimientos de los brazos con los pasos. Aunque el espectáculo que vimos después era mucho más profesional, bailamos bastante bien. En el escenario los bailarines profesionales y los músicos impresionaron a la audiencia.
En resumen, se puede decir que el viaje fue un gran éxito. Aparte de la lengua conocimos también la comida española y pudimos descubrir muchas cosas nuevas. Todos volvieron a Graz con buenos recuerdos.
Nina Richter, 8B